Vacaciones Familiares y Neurodiversidad (artículo)

   Las vacaciones familiares suelen ser momentos de distensión y descanso después de haber pasado un año agotador de trabajo, estudio y quehaceres varios. Pero también pueden generar mucha ansiedad a la hora de elegir el lugar, reservar residencia, planificar el viaje y preparar el equipaje.

   Esto debe tenerse específicamente en cuenta en familias con niños y niñas que presentan Espectro Autista, Trastornos Generalizados del Desarrollo (TGD) o patologías relacionadas con el lenguaje y la comunicación. Existen una serie de actividades que se pueden planificar previamente para lograr que las vacaciones sean placenteras para todo el grupo familiar sin generar ansiedad en infantes con neurodiversidad. A esto se suma que durante los meses vacacionales suelen suspenderse las terapias y acompañamientos.

   El psicomotricista Mauro D´angelo Martínez nos ofrece, en su publicación “Autismo: cinco consejos para este verano” (@mdangelomartinez), los siguientes puntos: 1) buscar espacios de interés para el niño/a y planificar con antelación para promover una correcta anticipación; 2) en caso de asistir a Colonia de Vacaciones, garantizar que el equipo tenga una adecuada formación en autismo y sus necesidades; 3) aunque la propuesta pueda parecer interesante, se debe indagar previamente si es de interés para ese niño/a; 4) si disfruta de las actividades con pares, promover el encuentro con amigos; y 5) “todos pueden disfrutar de una buena actividad, tu hijo/a te lo agradecerá que lo hagan todos juntos”.

   A estos cinco consejos muy útiles podemos agregar otros provenientes de la experiencia acumulada en las familias y en los/as profesionales del área. Los niños/as con neurodiversidad suelen tener rutinas muy rígidas y estructuradas, por lo que los momentos de espontaneidad y relajación suelen ser muy estresantes y generar ansiedad.

   Esto se puede prevenir si les anticipamos los cambios que se vendrán cuando deban dejar por unos días o semanas su hogar para participar de las vacaciones familiares o asistir a las Colonias de Verano. Las ayudas visuales suelen ser muy útiles: mostrarles fotos o del lugar donde van a vacacionar, y dibujarles en forma de una historia como será el viaje y las nuevas rutinas que tendrán. Hay muchas asociaciones que ofrecen estas ayudas visuales y se pueden descargar libremente de internet. La Zona Segura (compuesta por objetos o actividades que disfrute manipular) es otra forma de ayudarle a aceptar el cambio de las rutinas.

   Karina Giaquinta (madre, Psicóloga Social y estudiante de Acompañamiento Terapéutico), nos deja el siguiente testimonio: “En las vacaciones, como en la vida cotidiana rutinaria, tiene como centro de prioridad el niño, y nosotros como adultos tenemos que lograr la capacidad de ser permeables y empáticos a la hora de elegirlas. Cuando iniciamos nuestras vacaciones especialmente se elige un lugar acorde a lo que mi nene pueda sentirse bien: el mar como elemento de calma y conexión es el que se suele elegir. En el camino al destino, al realizarse en auto, se van realizando paradas a fin de que se pueda distender y aunque se tarda más, se trata que no padezca el viaje sino que se pueda ser un momento de disfrute en familia. De esta manera se le da ventaja a la adaptación de los días fuera de casa.

   Al momento de llegar al destino y elegir qué tipo de playa se busca un lugar donde no se encuentre una gran concentración de personas, ya que le cuesta la tolerancia a las multitudes, se charla de antemano lo que se va a hacer y donde vamos a ir para anticipar el lugar de visita”.

   Las vacaciones también pueden ser un momento para desarrollar o profundizar otras habilidades como la orientación espacial (al estar en un nuevo lugar), la atención (al reconocer los detalles y memorizar ubicaciones), el lazo social (con las nuevas amistades que puede llegar a conocer) y la creatividad (pintando, escribiendo o haciendo música relacionada con el entorno).

   A estas recomendaciones específicas debemos sumarles las habituales para todo infante en tiempos de vacaciones: usar protector solar, controlar la hidratación y la ingesta de alimentos, que la ropa esté de acuerdo con el clima y las condiciones del lugar, que los vehículos tengan asientos adaptadas a la edad y las necesidades del pequeño, y cuidar su seguridad en lugares abiertos y públicos, entre otras.

   “La idea es poder entre todos compartir unos días donde, lejos de la imposición, se logre un ambiente similar a nuestra casa evitando que sean la antesala a una probable crisis y/o estados de ánimos inestables”, nos dice Karina Giaquinta. Si tenemos en cuenta estas consideraciones, todos los miembros de la familia podrán disfrutar de las vacaciones, que se convertirán en una experiencia placentera y enriquecedora.


Agradecimiento: A mi querida amiga Karina Eugenia Giaquinta por brindar su testimonio. 


Publicado en revista cultural Cocoliche, N° 150, enero de 2023. 

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