Breve Historia de las Competiciones deportivas para personas con discapacidad


    Los primeros antecedentes de juegos deportivos para personas con discapacidad son anteriores a la realización de las primeras olimpiadas de la era contemporánea, que comenzaron con los Juegos de Atenas en 1896. En 1888 surgieron clubes deportivos para personas con discapacidad auditiva en la ciudad alemana de Berlín. Aunque no existen muchos registros de las actividades que realizaban, es posible que organizaran competencias entre los diferentes clubes.

    El culto a la belleza y la perfección física en la sociedad de la Antigua Grecia se expresaba en los Juegos Olímpicos, así como en otros torneos (Juegos Píticos, Ístmicos, Nemeos y Panhelénicos), por lo que las personas con discapacidad no estaban incluidas en estos eventos. La falta de accesibilidad en sus obras arquitectónicas también era un fuerte impedimento para la presencia de personas con discapacidades motrices. Las olimpiadas contemporáneas parecen haber seguido el ideal griego ya que en un primer momento no se contempló a las personas con discapacidades, ya sea como deportistas o como parte del público asistente al evento.

   Sin embargo en los Juegos Olímpicos de Saint Louis de 1904 el gimnasta George Eyser, nacido en Kôln (Alemania) pero nacionalizado estadounidense, participó en la competencia de atletismo con una prótesis en la pierna. Fue el primer atleta con discapacidad física que participó en una olimpiada, obteniendo seis medallas para su país adoptivo.

   Tras la Primera Guerra Mundial (1914-1918) comenzaron a organizarse en Gran Bretaña torneos de golf para personas con un solo brazo.

   Una figura importante en la lucha por el acceso al deporte para las personas con discapacidad fue el neurocirujano alemán Ludwig Guttman (1899-1980). Prisionero en los campos de concentración por negarse a rechazar a pacientes no judíos en un Hospital Judío –lo que violaba las leyes de separación racial del Régimen Nazi- y miembro del Consejo de Asistencia a los Académicos Refugiados –que ayudó a huir a muchos perseguidos por el nazismo-, en 1944 el gobierno británico le encomendó crear un Centro de Atención a personas con lesiones en la médula espinal en el Hospital de la localidad de Stoke Mandeville. Sus pacientes eran veteranos de la Segunda Guerra Mundial. Allí comenzó a realizar actividades deportivas que, en un principio, tenían un carácter terapéutico y recreativo, pero que más tarde comenzaron a evolucionar en eventos deportivos.

   En 1948, mientras se realizaban los Juegos Olímpicos de Londres, el doctor Guttman decidió organizar de manera paralela una competencia que denominó Stoke Mandeville Games. En la misma compitieron 14 hombres y 2 mujeres en sillas de ruedas en una única disciplina: tiro con arco.

   El propósito de los Juegos de Stoke Mandeville es unir a los hombres y mujeres con parálisis de todas partes del mundo en un movimiento deportivo internacional. Tu espíritu deportivo verdadero dará esperanza e inspiración a miles de personas con discapacidad” escribió el doctor Ludwig Guttman.

   Hay que mencionar que en los Juegos Olímpicos de 1948 participó en las competencias de tiro el húngaro Karoly Takacs, que tenía amputado el brazo derecho y realizaba los disparos con el izquierdo. Cuatro años después volvería a competir en los Juegos de Helsinki de 1952. En ambas oportunidades obtuvo medallas de oro. También participaron en estas olimpiadas otros atletas con discapacidad: el húngaro Oliver Halassy y la danesa Lis Harte –una jinete que había sufrido la polio y ganó la medalla de plata en danza ecuestre-.

   Por otra parte, en Estados Unidos se había realizado en 1949 el primer Torneo de Basquetball en Silla de Ruedas –acaso inspirados por estos ejemplos- y se formó una Asociación Nacional de este deporte.

   En 1952 una delegación de veteranos neerlandeses participó en los Juegos de Stoke Mandeville, que pasó a tener un carácter internacional. Comenzaba a nacer el Movimiento Paralímpico.

   Los primeros Juegos Paralímpicos se realizaron en Roma en 1960, aunque por entonces se llamaron Juegos Internacionales para Discapacitados. Estaban organizados por el médico Antonio Maglio, director del Centro de Lesionados Medulares de Ostia (Italia). En esta oportunidad participaron 400 atletas de 23 países, y la novedad era que en este caso se organizaban competiciones para las personas con discapacidad sin la necesidad de que fueran veteranos de guerra como en los Juegos de Stoke Mandeville –que se siguieron realizando en paralelo-. Hubo ocho categorías deportivas: atletismo, básquet, tiro de dardos, esgrima, natación, snooker (billar accesible), tenis de mesa y –lo que no podía faltar- tiro con arco. Italia encabezó el ranking con 80 medallas seguida de Gran Bretaña (55) y República Federal Alemana (30).

   En un primer momento solo se incluyó a deportistas en silla de ruedas. Esto se repitió en los Juegos de Tokyo (1962), Tel Aviv (1968) y Heidelberg (1972). Pero en los de Toronto (1976) se incorporó la clasificación en diferentes tipos de discapacidad, lo que permitió ampliar la participación a 1600 deportistas de 40 países. Sin embargo tuvieron poco difusión en los medios de prensa. En Arnhem (1980) participaron atletas con parálisis cerebral.

   En 1964 se había creado la Organización Deportiva Internacional para los Discapacitados, que pretendía organizar los eventos deportivos para personas con discapacidad de un modo similar al que realizaba el COI y que incluía a quienes no podían anotarse a la Juegos de Stoke Mandeville por no ser veteranos de guerra. En 1972 se convirtió en Comité y comenzó a coordinar acciones en conjunto con el COI. Con la inclusión de atletas con discapacidad en la comisión directiva de la organización se produjo un cambio que daría nacimiento el Comité Paralímpico Internacional (CPI) en la ciudad alemana de Dusseldorf en 1989.

    En 1984 se aprobó el cambio de nombre a Juegos Paralímpicos, llamados así porque se realizaban de manera paralela y simultánea a los Juegos Olímpicos.

   Los Juegos de Seúl (1988) fueron los primeros en realizarse en la misma ciudad que los Juegos Olímpicos. Esto sentó la base para la realización conjunta en Barcelona (1992), Atlanta (1996) y Sídney (2000), y en el acuerdo firmado entre el CPI y el COI en 2001 para usar las mismas instalaciones que los Juegos Olímpicos de Verano y de Invierno bajo el lema “Una única candidatura, una única ciudad”. Esto permitió también ampliar la difusión del deporte accesible y para personas con discapacidad en los medios de prensa.

   Guttman no llegó a ver estos últimos avances que se dieron desde que comenzó con sus humildes juegos en un hospital de un pueblo británico, ya que falleció en 1980.

   En 2003 se aprobó el logo actual de los Juegos Paralímpicos que consta de tres figuras en forma de bumerang llamadas agitos (“me muevo” en latín).

    Las categorías en las que pueden participar también han variado desde sus inicios, en donde se permitía solo a personas en silla de ruedas. Hasta 1980 era un diagnóstico médico el que determinaba en qué deportes podía participar cada atleta. Hoy existen diferentes categorías para discapacidades motrices –que son las mayoritarias-, visuales y cognitivas.



    En el último tiempo también se multiplicaron las personas con discapacidad que participan en los Juegos Olímpicos, llegando a ganar sendas medallas.

    Otro ejemplo son las competiciones para personas receptoras de trasplantes, muchas de las cuáles experimentan discapacidades debido a la patología o intervención que tuvieron que realizarse. El primer evento deportivo tuvo lugar en Portsmouth (Gran Bretaña) en 1978 con alrededor de 99 atletas provenientes de Gran Bretaña, Francia, Alemania, Grecia y Estados Unidos. Sin embargo estos eventos no tenían un carácter organizativo al estilo de los Juegos Olímpicos o los Juegos Paralímpicos.

   Esto cambió en 1987 cuando se creó la World Transplant Games Federation (WTGF), que en la actualidad cuenta con 70 federaciones nacionales miembros. Los Juegos se realizan actualmente cada dos años, siendo los de Verano en los años impares –desde 1987- y los de Invierno –introducidos en 1994- en los pares. Puede participar cualquier persona de 4 a 8 años trasplantada que pase las instancias clasificatorias.

   Como señala la WTFG: “los competidores de nuestros juegos son únicos en el sentido de que cada uno de ellos está vivo y bien como resultado de un trasplante de órganos exitoso”.

   Hay más de 50 eventos para todas las capacidades, incluidos atletismo, bowling habitual y Tenpin, natación, deportes de raqueta, golf, voleibol, fútbol, esquí, biatlón, curling, snowbord y ciclismo, entre otros. Los estándares de estos juegos pueden ser altos: los 100 metros tiene un récord de 11,18 segundos y el salto de longitud 6,85 metros.




   Aunque el objetivo de este trabajo era realizar un breve resumen en torno a la historia de las competiciones deportivas para personas con discapacidad, vamos a esbozar a modo de cierre, una diferenciación entre deporte inclusivo y adaptado. El Deporte Inclusivo es el que permite el acceso universal a la actividad física y a la práctica recreativa para personas con y sin discapacidad, ajustado a las posibilidades de las personas que lo practican, pero siempre manteniendo la finalidad u objetivo de la especialidad deportiva que se esté realizando. El Deporte Adaptado, en cambio, consiste en adaptar una especialidad deportiva a las necesidades de la persona con discapacidad o determinada condición médica y, en ocasiones, poder incluso modificar los espacios, reglamentos, materiales o técnicas-tácticas para que lo puedan practicar. Se incluye también a deportes creados específicamente con estos objetivos. Así, por ejemplo, el fútbol para personas con discapacidad visual tiene reglas muy diferentes al fútbol que se practica habitualmente, al igual que los otros deportes adaptados. Esto no sucede con el deporte inclusivo, donde las reglas se mantienen. Por último, los Deportes Paralímpicos son los reconocidos por la CPI y practicados en los Juegos Paralímpicos.

   La práctica deportiva es importante para las personas con discapacidad, no solo porque puede servir a su tratamiento o rehabilitación –conceptos hoy cuestionados por los nuevos paradigmas-, sino también como herramientas para la participación social y el cumplimiento de sus derechos humanos. Es parte fundamental de una sociedad basada en la convivencia en la diversidad.


Emblema de los Juegos Paralímpicos



Este artículo fue publicado en Rebelión, durante los Juegos de 2021: https://rebelion.org/competiciones-deportivas-internacionales-para-personas-con-discapacidad/

Comentarios

Entradas populares de este blog

Sobre la necesidad de denunciar prácticas que atentan contra el derecho a la educación

Construyendo puentes y tejiendo redes para la Inclusión Educativa

Experiencias, Modelos de Discapacidad y Diagnósticos en las Infancias