Serie Mitológicas (2): Hasta donde alcanza el mundo

 


   En el comienzo de los tiempos, el mundo y todo lo existente eran tan pequeños que cabían en la boca de una rata almizclera. Pero el dios creador Na-Na-Bou-Jou quería que floreciera la vida y la belleza, entonces ordenó al mundo expandirse. Luego de esto, se sentó en su trono, ubicado en una pequeña isla formada en la desembocadura de dos ríos, para contemplar como crecía su obra.

   Cuando ya no pudo divisar los bordes llamó a la más veloz de sus creaciones, el lobo gris, y le ordenó que corriera hasta el final y regresara a su lado. Con esto podría calcular el tamaño del mundo. El lobo realizó el trayecto en dos horas. Un tiempo después volvió a ordenarle lo mismo y esta vez tardó varias semanas. Cuando se lo pidió por tercera vez, el lobo tardó dos años.

   Finalmente llegó el día en que el lobo partió a cumplir el encargo de Na-Na-Bou-Jou y hasta el día de hoy no ha regresado.

   Con este mito cósmico, los pobladores originarios de Ottawa, en el actual Canadá, explicaron mucho antes que Georges Lemaitre, Alexander Friedman, George Gamow o Milton Humason la Teoría del Big Bang y la expansión del Universo.

 

Cipolletti, 26 de junio de 2019.


Publicado en Rebelión Galáctica, Nº 11, septiembre de 2020.


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