Del Unheimlich al Valle Inquietante (reflexión)
En Argentina se suele usar el Complejo de lo Siniestro para referirse a
los hijos/as de desaparecidos de las dictaduras que descubren que quienes
creían que eran sus padres son en realidad sus apropiadores y que están
vinculados al secuestro y desaparición de su familia biológica. Lo que se creía
familiar, se vuelve siniestro.
En el último tiempo se ha popularizado la Teoría del Valle
Inquietante (bukimi na tomi), postulada originalmente en la década de
1970 por el catedrático en robótica del Instituto Tecnológico de Tokyo (TKD) Masahiro
Mori. Plantea que, a medida que la apariencia de una máquina tiende a hacerse
más humana la respuesta emocional de las personas se vuelve cada vez más
positiva y empática hasta que se llega a un punto en donde la apariencia
y el comportamiento es "tan humano" que la curva de empatía entra en
una caída o valle que hace que se vuelva inquietante y tenebroso.
Aunque no fue la propuesta original, hay quienes usan el Valle
Inquietante para referirse al temor que producen otros animales cuando sus conductas
parecen las de un ser humano. Quién tiene perros sabe que a veces pueden ser
manipuladores para obtener algo que quieren (como llorar mientras miran comida
o la puerta para salir). El video viral del perro comiendo cereal con cuchara
-basado en un creepypasta- genera inquietud en algunas personas que lo ven,
aunque es evidente que se trata de un montaje. Los mecanismos defensivos
primarios en el cerebro se activan para decirnos que algo no está bien en esa
escena.
Las posibles explicaciones a este fenómeno van desde el miedo que nos
produce saber que un ser que creíamos biológico es en realidad una máquina
(porque nosotros también podemos serlo sin saberlo) hasta el temor a la
propia muerte o el rechazo a que exista un ser parecido a nosotros pero sin
nuestros defectos. Los creyentes de lo paranormal y las teorías de la
conspiración atribuyen este miedo a la presencia de seres extraterrestres,
demonios o fantasmas capaces de simular a un ser humano. Una explicación
inspirada en la biología evolutiva refiere que se trata de un temor
heredado genéticamente de una época en que nuestra especie habitaba con
otras formas humanoides. El astrónomo Carl Sagan, en su obra premiada con el
Premio Pulitzer (Los Dragones del Edén, 1977) señala que acaso los mitos
de duendes, trolls o elfos provienen de los australopithecus, género de
homínidos de baja estatura que se extinguió hace 1 millón de años y que
convivió con los primeros representantes del género Homo. ¿Son estos
seres capaces de confundir a nuestros ancestros con uno de los suyos lo que nos
heredó este temor?
Podemos
pensar al Valle Inquietante como una actualización del unheimlich
freudiano adaptado a las nuevas formas de lo siniestro: las inteligencias
artificiales, los androides realistas, la búsqueda de vida extraterrestre, los
experimentos de ingeniería genética, las prótesis electrónicas capaces de
borrar la línea entre lo biológico y lo artificial, los avances en la cirugía
estética capaces de cambiar completamente la apariencia de una persona, la
clonación y la creación de vida sintética. Lacan decía que el Discurso
Capitalista, en complicidad con el Discurso de la Ciencia, crea monstruos.
Existe una forma de paranoia denominada Síndrome de Capgras, en donde el
afectado cree que sus conocidos han sido reemplazados por dobles impostores o
sufre de incapacidad para reconocer a personas familiares. El neurólogo y
escritor Oliver Sacks, en su famoso libro El Hombre que confundió a su mujer
con un sombrero (1985), cuenta historias de pacientes que, tras una lesión
o enfermedad cerebral, perdieron la capacidad de reconocer rostros o ven a
otras personas como figuras geométricas. ¿Se relacionan estas condiciones con
el unheimlich y el Valle Inquietante?
Los avances
científicos y tecnológicos de los próximos años, así como las nuevas
investigaciones sobre el cerebro y la mente humana, traerán más luz sobre estos
temas. ¿O acaso nos traerán más oscuridad? De todas formas nos darán ideas para
reflexionar.
Mientras tanto, lo siniestro seguirá
recorriendo este Valle Inquietante que habitamos cada día.
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