El precio más alto (cuento)

 Pero ningún precio es demasiado alto por el privilegio de ser uno mismo”.

Friedrich Nietzche; Also sprach Zarathustra.

 

El Diablo solo te concede aquello que podrías haber alcanzado por tu propio esfuerzo”.

Saber popular.

 

     Veo a Francine pasear de la mano de ese hombre. Ese criminal, ese matón y embustero del bajo mundo que la desprecia y la maltrata. Yo, en su lugar, la trataría como la mujer hermosa y sensible que es. Nunca entenderé porqué lo eligió antes que a mí.

   Pero esta noche las cosas cambiarán. Enciendo el candelabro con velas oscuras, pongo mi mano sobre el Necronomicón y pronuncio el hechizo. Hoy seré él, estaré con mi amada Francine y la trataré como se merece. Le levantaré un castillo sobre las ruinas de tanto desprecio. Él –en cambio- tendrá que vivir la vida miserable y sin amor que llevo ahora.

   Mi palma siente la rugosidad de las páginas del libro maldito y, tras pronunciar las palabras en un extraño idioma que no alcanzo a comprender, un viento frío irrumpe en el salón apagando las velas. A continuación, la oscuridad y de nuevo la luz. Mi vista se acostumbra lentamente a esos nuevos ojos, mis músculos a ese nuevo cuerpo. Siento que gano estabilidad y equilibro. Ya no estoy en la Biblioteca de las Ciencias Ocultas de la Universidad de Miskatonic, donde realicé el hechizo, sino en el cuerpo de aquel hombre que siempre odié por ser el elegido de la mujer que amo.

   Como no podía esperar, busqué en su ropero –ahora mí ropero- el mejor traje y fui al encuentro de Francine. Hasta pasé a comprar flores y chocolates, un detalle que él nunca tuvo con ella.

   Pero cuando estaba cerca del río tres hombres me abordaron. Tenían aspecto de rufianes.

-          Hola James – me dijo el que parecía ser el líder.

-          ¿Quiénes son ustedes? – pregunté asustado.

-          ¿Ahora no nos reconoces? – volvió a hablar el primer hombre -. El jefe dejó pasar que te quedaras con un pequeño vuelto del último contrabando, pero que te metieras con su esposa fue demasiado.

    Los otros dos hombros me sostuvieron de los brazos y el que habló primero me propinó un fuerte golpe en el estómago. Me quedé sin aire y me hubiera derribado del dolor si no me sostenían. Luego me golpearon en el rostro varias veces mientras me decían que ya nadie volvería a ver mi bella cara. Me patearon en el suelo y me apretaron los pies y las muñecas con una pesada cadena. Me llevaron hasta el puente y me arrojaron desde ahí.

-          Fibonacci te envía “Buenas Noches” – fue lo último que escuché antes de hundirme.

    Mientras me hundía luché por soltarme de las cadenas, hasta que comprendí lo inútil de la acción. Me pregunté si tras la muerte de este cuerpo mi alma volvería al original. La sabría pronto.

   De nuevo la oscuridad y de pronto un frío de muerte. ¿Así que esto es la otra vida?

-          ¿Estás listo para tu destino final? – dijo una voz tenebrosa que venía de todos lados y de ninguno al mismo tiempo.

-          ¿Quién eres? – pregunté.

-          Quien soy es lo que menos importa – dijo la voz-. Lo que importa es tu elección: cuando llevaste a cabo el hechizo tomaste el lugar de otro hombre. Eso significa tomar también el lugar que le corresponde en el Infierno por los crímenes cometidos en su vida. Tú irás allí por la Eternidad. Él, en cambio, cumplirá el destino que te estaba encomendado, pero que rechazaste cuando decidiste vivir su vida: va a consolar a Francine por la muerte de su amado y en tu cuerpo encontrará la redención que deseaba. Sin saberlo, le diste ese regalo.

-          Pero eso no es justo – exclamé.

-          Fue tu decisión, lo elegiste cuando pusiste tu mano sobre el libro maldito y aceptaste todo con tal de estar en su lugar. Ahora lo estarás.

-          ¡No es justo! – exclamé con un grito que llenó todo ese vacío infinito.

-          Elegiste el destino de otro hombre en lugar de seguir tu camino: ahora debes pagar el precio de tu elección. Saber esto es parte de la condena.

      Un agujero se abrió debajo de mí y me succionó a las profundidades del Averno.

  

Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 11 de noviembre de 2024.


Cuento publicado en la Antología Nº 106 de Editorial El Narratorio:  https://elnarratorio.blogspot.com/p/antologia-literaria-digital-nro-106.html.

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