El Experimento de Vipeholm: ética profesional y personas con discapacidad
En Suecia se considera a los sábados como
“el día de los dulces” o Lördagsgodis,
en donde los habitantes se permiten el consumo de todo tipo de golosinas, ya
sean procesadas o naturales (nueces, avellanas,
frutos secos). Pero el origen de esta tradición es siniestro y surge de una
falta de ética profesional.
Para 1930 el país nórdico tenía un grave
problema de infecciones bucales. Cifras del Servicio Dental Nacional (creado
por esta causa en 1938) sostenían que el 83% de los niños y las niñas, así como
el 99% de los reclutas de las fuerzas armadas, padecían de caries dentales. Dado
el alto costo de los tratamientos y la falta de odontólogos en el país, se
decidió optar por la prevención y para eso se debía descubrir la causa de las
caries. Se creía que su origen podría deberse al alcohol, las comidas
calientes, los carbohidratos (principales sospechosos), la falta de vitaminas y
la masturbación (porque podría debilitar huesos y órganos).
El Gobierno del Reino le encargó al Servicio
Dental y a la Junta Médica Real la creación de un equipo interdisciplinario
para realizar investigaciones en sujetos humanos que debían seguir un régimen
estricto y controlado de alimentos para encontrar la causa de las caries.
Para el experimento se utilizaron sin
consentimiento a pacientes del Hospital Mental Estatal de Vipeholm. Las
personas internadas en este centro por discapacidades cognitivas y psíquicas no
tenían autonomía e independencia ni siquiera en aspectos básicos de su vida
como cambiarse o elegir su ropa. Por lo general eran atadas a sus camas y se
les restringía la movilidad. Las autoridades los consideraban “retrasados ineducables”.
A partir de 1945 se seleccionaron a 660
pacientes a los que se separó en seis grupos de experimentación y un grupo de
control. La primera fase del experimento estaba aprobada por el Gobierno y
consistía en administrarles vitaminas (A, B, C, D) y floruros para comprobar si
prevenían la aparición de caries, lo que no dio resultado.
Pero en 1947 el equipo decidió cambiar la metodología
sin conocimiento de las autoridades. En el Estudio de Carbohidratos I
(1947-1949), se les aplicó una solución de azúcar junto con la ingesta de caramelos
duros y pegajosos que se pegaban a los dientes. En el Estudio de Carbohidratos
II (1949-1951), se les suministró un consumo de dulces similar al de los niños de la vecina
ciudad universitaria de Lund. Hacia el final del experimento la mitad de los
sujetos de prueba habían perdido sus dientes.
El estudio se publicó recién en 1953 porque
las industrias de golosinas y pastelería -que habían donado dinero y mercancías- no estaban de acuerdo con los resultados. En el mismo se concluyó que existe
una relación entre el consumo de azúcar y la aparición de caries, teniendo más
influencia si el consumo se realiza entre comidas, aunque también señalaba que el
efecto del azúcar es diferente en cada persona y que pueden surgir caries
incluso sin consumo de azúcar. Pese a estas aparentes contradicciones, el
equipo investigador defendió sus resultados argumentando que se siguió una
metodología rigurosa y se controlaron los sesgos.
Pero las principales críticas no fueron metodológicas,
si no éticas. En 1947, después de conocerse los brutales experimentos que el
médico nazi Josef Méngüele realizó a prisioneros de los campos de concentración, se aprobó el Código de Nuremberg, que
establece que los experimentos que incluyan a sujetos humanos deben realizarse
con consentimiento de los mismos habiendo sido informados de los procedimientos
y que la investigación debe detenerse si hay riesgo para la vida o salud de
los participantes. Esto se complementó con el Protocolo de Helsinski (1964) de
Ética Médica.
Se llegó a comparar el Experimento de
Vipeholm con los realizados por los nazis, dado que se llevó a cabo sin
consentimiento y sabiendo del daño que causarían a la salud bucal de los
participantes, además continuarse por cuatro años más una vez aprobado el
Código de Nuremberg. El Parlamento sueco decidió suspender los fondos públicos al
proyecto y en 1955 se prohibió el uso de pacientes del Hospital Vipeholm para
investigaciones médicas.
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