La Alexitimia y la importancia de las emociones en los vínculos sociales
Los seres humanos somos animales sociales
que necesitamos de la interacción con otros desde el momento mismo del
nacimiento para sobrevivir y desarrollarnos. La expresión de las emociones cumple
un papel fundamental en estas interacciones sociales, ya que transmiten
información sobre nuestros estados de ánimo, pensamientos, sensaciones,
intereses e intenciones. Son tan importantes como el intelecto a la hora de
relacionarnos, llevar adelante un proyecto, trabajar o rendir un examen.
¿Pero qué sucede cuando una persona tiene
dificultades para expresar sus emociones? Aunque es poco conocida, existe una
condición llamada Alexitimia (del
griego A: partícula negativa, Lexos: palabra y thymos: emociones) en donde la persona que la presenta tiene
dificultades para sentir, reconocer y/o expresar tanto las emociones propias
(“No puedo decir lo que siento”) o de los demás (“No puedo darme cuenta de lo
que le pasa”).
Esta
condición dificulta en gran medida los vínculos sociales por lo que pueden
parecer distantes, poco empáticas, rígidas en sus conductas, con poca
imaginación o imposibilidad de fantasear, impulsivas o apáticas, con escasas
relaciones sociales e íntimas, y suelen ser frecuentes las afecciones
psicosomáticas (dolores articulares y de cabeza, colon irritable, ASMA, enfermedades
endócrinas).
Algunas personas con alexitimia han sido
denominadas como “afásicas con sentimientos” o “afásicas afectivas”, ya que
presentan emociones y sentimientos pero no consiguen expresarlos –las afasias son trastornos de la
comunicación- o “analfabetos emocionales” por no reconocer lo que están
sintiendo. Por ello se diferencia de la Anhedonia, que es la incapacidad de
sentir placer.
En 1977 Hellmuth Freyberger distinguió entre
una Alexitimia Primaria o Estructural y una Alexitimia Secundaria o Funcional,
a las que posteriormente se les atribuyó –aunque no era la intención del
investigador- un origen biológico y uno psicológico respectivamente. Sin
embargo, como en otras condiciones neuropsicológicas y psicosociales, sus
causas no pueden reducirse a una única explicación.
En primer lugar tenemos la explicación del
origen neurobiológico por daño en las zonas de conexión entre los dos
Hemisferios Cerebrales: el Cuerpo Calloso y la Comisura Anterior, lo que puede
deberse a una causa genética o congénita –antes del nacimiento- o una lesión
posterior. Esto ayudaría a explicar también la alta prevalencia en varones
(entre el 8-10% de los mismos según algunas investigaciones), ya que en las
mujeres estas zonas son de mayor tamaño, al mismo tiempo que presentan mayores
conexiones entre las áreas cerebrales que participan en el lenguaje.
En segundo lugar hay una explicación
psicológica a partir de la activación de Mecanismos de Defensa ante la
irrupción de angustia, ansiedad, estrés o depresión, en donde las emociones
están a flor de piel interfiriendo en su vida cotidiana. También puede aparecer
en personas que han vivido situaciones de abusos o maltratos de los que no
podían escapar (la “encerrona trágica” de la que habla el psicoanalista
argentino Fernando Ulloa) por lo que tuvieron que “insensibilizarse” para
sobrevivir. Se trataría de una “elección de síntoma” inconciente, en donde no
sentir resulta más funcional que expresar las emociones. Esto explica la alta
prevalencia de patologías de origen psicosomático en las personas con
alexitimia: las emociones al no expresarse por las vías adecuadas generan
patología orgánica.
En tercer lugar tenemos la explicación
social, a partir de pocos vínculos sociales en momentos tempranos o de
ambientes en donde no se fomentaba la expresión de las emociones.
Como mencionamos al principio, las emociones
cumplen un papel fundamental en el desarrollo de la personalidad y en las
interacciones sociales, por eso no se puede explicar la alexitimia solo desde
lo biológico. Aunque existen causas neuroanatómicas muy estudiadas, estas no
pueden separarse de las psicosociales con las que están estrechamente ligadas.
De aquí se desprende que el tratamiento debe
ser interdisciplinario e integral, teniendo en cuenta todas las variables que
participan en su etiología. Fomentar los lazos sociales, favorecer la expresión
de la palabra y ayudar a poner nombre a las emociones que no pueden reconocer
son algunas de las prácticas que podemos implementar para ayudar a mejorar la
calidad de vida y los vínculos sociales saludables en las personas con
alexitimia.
Publicado en: revista cultural Cocoliche, Santa Rosa, N° 158, septiembre 2023.
Interesante articulo para dar a conocer condiciones de las que poco se sabe como la Alexitimia.
ResponderEliminarA eso apunto con mis escritos, que se conozca más de la salud mental. Gracias por pasar amiga.
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