Salud Mental y Discapacidad (artículo)
La Salud Mental de las Personas con
Discapacidad (PCD) es un eje poco estudiado y difundido, sobre todo en Latinoamérica.
Por un lado debemos mencionar las
condiciones de Salud Mental o neurológicas que se incluyen dentro de las llamadas
Discapacidades Psíquicas y Cognitivas, tales como las demencias (Parkinson, Alzheimer, Trastornos Fronto-temporales, Demencia Vascular), la
esquizofrenia, el trastorno bipolar, la epilepsia, los trastornos del lenguaje y del aprendizaje o las neurodiversidades, para mencionar
algunas de las más prevalentes.
Pero, al mismo tiempo, las PCD presentan
problemas de salud mental tales como ansiedad, depresión, distress, ideación
suicida, trastornos del sueño o adicciones, que son consecuencia directa de tener
que movilizarse, trabajar, estudiar, asistir a un centro de salud o realizar
actividades recreativas en lugares que carecen de las adecuaciones necesarias
para garantizar su acceso.
Según un evento paralelo al 57° Consejo Directivo de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) del año 2019, en el que participaron miembros de la Organización Mundial de la Salud (OMS) junto con representantes de Argentina, Chile y Perú, los problemas de salud mental son la principal causa de discapacidad en el mundo, provocan un 20% de días saludables perdidos y solo un 10% de quienes las presentan reciben la ayuda necesaria.
En esa misma mesa los panelistas indicaron que cada 40 segundos alguien se quita la vida en el mundo, siendo entre los jóvenes de 15 a 29 años la segunda causa de muerte a nivel mundial y la tercera del continente americano. En la mayoría de los países del continente no se destina más que un 2% del presupuesto de Salud a la Salud Mental, aunque las patologías psíquicas y neurológicas representan entre el 12 y 15% de la carga global de enfermedades.
Cuidar la Salud Mental de las PCD y de la
comunidad en su conjunto no solo es responsabilidad de los profesionales de la
salud, aunque nuestras intervenciones puedan resultar fundamentales, sino que
requiere de cambios en toda la sociedad. Desde el Paradigma Social -en el que trabajo- se considera que la discapacidad no es un atributo personal de quién la
presenta sino consecuencia de un entorno que no garantiza las obras de
accesibilidad y la eliminación de las barreras físicas, sociales, educativas y
actitudinales que dificultan el cumplimiento de los derechos.
Rampas de acceso en las calles y edificios,
señalizaciones en Braille, traductores en Lengua de Señas, subtítulos en videos
y aros magnéticos para personas con discapacidad auditiva, acompañamiento
terapéutico, profesionales de apoyo en las escuelas, capacitaciones en
discapacidad y accesibilidad, dispositivos electrónicos o ayudas visuales son
algunas de las medidas que se pueden tomar para facilitar la inclusión y la
convivencia, lo que redundará en una mejor calidad de vida y salud (no solo
mental) para todas las personas (y no solo las que están en situación de
discapacidad).
La Salud Mental (como parte de la Salud en
general) es un derecho humano que se construye en comunidad y requiere de la
movilización de todos los actores sociales.
El presente texto fue escrito en forma de Post para Instagram a pedido del Brain Mental Power, centro de salud mental de Barcelona (República Libre de Catalunya), como parte de un proyecto para que profesionales escriban una relación entre Salud Mental y su área de trabajo. Se puede ver en mi Instagram y en el Instagram del Brain Mental Power.
Posteriormente fue publicado en el Vol. 10 N° 7 del Boletín de la Red Interuniversitaria Latinoamericana de Discapacidad y Derechos Humanos (agosto 2023) y el número 4 de la revista ecuatoriana Equidad (septiembre 2023).
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