CONFLICTOS SOCIALES Y ACCIÓN GREMIAL: sindicatos, socialistas y anarquistas (Eduardo Castex, década de 1920)
Este artículo en la continuación del publicado sobre la huelga de colonos, ambos escritos para el libro del Centenario de la localidad de Eduardo Castex (Provincia de La Pampa, Argentina) en 2008.
Tras la huelga de colonos de 1919, los trabajadores de Eduardo Castex comenzaron a crear asociaciones que tenían como objetivo dar una respuesta colectiva a sus reclamos. Alentados por la experiencia de la Liga Agraria Pampeana, constituyeron a principio de los años veinte las primeras organizaciones gremiales y políticas que protagonizaron huelgas y movilizaciones, y sufrieron la represión por parte del gobierno territoriano.
Debemos tener en cuenta que durante la primera presidencia radical (Hipólito Yrigoyen, 1916-1922) se optó por nombrar gobernadores militares en los Territorios Nacionales, como el coronel Narciso Bengolea (entre enero y abril de 1920), el teniente coronel Baldomero Tellez (abril de 1920 hasta octubre de 1922) y el teniente coronel Arturo Núñez (octubre de 1922 a septiembre de 1923), nombrado pocos días antes de terminar la presidencia de Yrigoyen. Llamados “los comandantes” por la oposición, cumplieron la función de mantener el orden social ante el clima de conflictividad que se vivió en esa época utilizando los métodos tradicionales de represión: el uso de la Policía territoriana y la Gendarmería Nacional, prohibición del derecho de reunión, y aplicación de la Ley de Control Social Nº 7029.
En 1921 se constituyó en Eduardo Castex la Federación Obrera Comunista (FOC), que nucleaba a trabajadores urbanos y rurales de diferentes rubros. Pero el accionar de esta organización fue breve, ya que a fines de ese año la Policía de La Pampa recibió la orden de disolver las filiales de la FOC existentes en el Territorio.
La noche del 21 de diciembre el comisario Montaña irrumpió junto con un grupo de tareas en la seccional de Eduardo Castex cuando estaba llevándose a cabo una reunión pacífica de obreros y agricultores, y realizó un allanamiento sin contar con orden judicial. Los presentes no ofrecieron resistencia y fueron obligados a formar en la calle una fila de más de 70 hombres con el Secretario General a la cabeza, mientras los agentes requisaban documentos y libros. Tras esto se los condujo a la Comisaría donde fueron sometidos a humillaciones y torturas.
Según trascendió posteriormente, el comisario Gonet, les habría aconsejado de “desistieran del propósito de organizarse” y que no veía con buenos ojos “que los obreros y agricultores de Castex sesionaran bajo un mismo techo y estuvieran formando un frente”. Además les advirtió que “si yo hubiera de dar cumplimiento a las instrucciones que tengo no debería dejar vivo a ninguno”. Más tarde los detenidos fueron puestos en libertad, a excepción de los dirigentes gremiales que permanecieron un día más sufriendo maltratos antes de ser liberados.
Con esta brutal represión se puso fin a la seccional local de la FOC. Al año siguiente se constituyeron la Federación Obrera Portuaria y Anexos, afiliado a la Federación Obrero Regional Argentina (FORA, comunista), y el Sindicato de Oficios Varios, que adhería a la Federación Obrera Comarcal (FOC, anarquista) y con sede en General Pico. Más tarde se constituirá la Sociedad de Obreros Panaderos y Repartidores de Colonia Castex. Pero Las movilizaciones y reclamos que se desarrollaron durante esta época no fueron protagonizados por estas organizaciones gremiales, sino por los movimientos políticos de carácter socialista y anarquista.
El primer Centro Socialista de la localidad se constituyó en 1918, pero no consiguió consolidarse y se disolvió al poco tiempo. En 1923 se reorganizó bajo el liderazgo de Oreste Mazzaferro que fue elegido como su primer Secretario General. El socialismo se proponía convertirse en la representación política de la clase trabajadora, en oposición a los “partidos patronales” como la UCR y las facciones conservadoras.
No obstante, durante esta primera etapa, los sectores populares no se volcaron masivamente al Partido Socialista sino que tuvieron mas influencia las agrupaciones anarquistas, que encontraron en la localidad una de sus militancias mas arraigadas. En el año 1923 el periódico anarquista Pampa Libre, ya señalaba que en la localidad se venían llevando a cabo “actos públicos y veladas desde hace varios años” con una elevada concurrencia. No es ajena a esta situación la tarea de difusión desplegada por la Biblioteca «Eliseus Reclus», lo que no es de extrañar dado el papel que desempeñaban las bibliotecas anarquistas como centros de militancia y difusión doctrinaria, además de cumplir las tareas comunes de promoción de la lectura.
También desempeñó una importante labor el cuadro teatral filodramático «La Nueva Era», luego convertido en agrupación liderada por Eusebio Álvarez. En febrero de 1923 pusieron en escena la obra Madre Tierra de A. Berruti, a beneficio de Kurt Wilckens, con extraordinario éxito. Para Pampa Libre (15 de febrero de 1923), esto era una demostración de que “el acto justiciero ejecutado tan altivamente por Wilckens – se refiere a la ejecución del represor teniente coronel Alfredo Varela1-, repercutió simpático en los pueblos más distantes, conmoviendo hondamente los corazones sedientos de justicia”. El 22 de junio se presentaron nuevamente con la obra Las Muertes de Florencio Sánchez. Al terminar la actuación estaba prevista una conferencia a cargo de Jacobo Prince, que no pudo concretarse por la prohibición del comisario Basualdo. No obstante, dos días después se dictó una conferencia en la plaza repudiando el proceder de las autoridades policiales, que contó con una numerosa concurrencia.
Un hecho ocurrido en 1924 marca de alguna manera el perfil que tuvo el anarquismo en esa localidad. El 30 de abril el anarquista Federico Ritsche, de 23 años, arribó desde Buenos Aires para participar como orador en el acto del 1° de Mayo que tendría lugar al día siguiente, organizado por agrupaciones socialistas y anarquistas. En la Plaza, Ritsche se refirió a la “cobardía socialista” como respuesta a una crítica del orador anterior, y alabó la acción justiciera de Kurt Wilckens, en tanto los anarquistas castenses repartían ejemplares de La Antorcha, La Protesta e Ideas con editoriales referidas al mismo hecho. Por la noche, cuando Ritsche volvió a hacer uso de la palabra en el Bar Garello, fue detenido por la policía bajo la acusación de apología del crimen y promoción del desorden. Posteriormente se lo trasladó a Santa Rosa donde fue liberado doce días después, bajo caución juratoria.
Los anarquistas castenses culparon a los socialistas de la detención de su compañero, lo que resulta curioso considerando que la defensa estuvo a cargo de Alfonso Corona Martínez, que integraba las filas del Partido Socialista. El mismo secretario general del Centro de Eduardo Castex, Oreste Mazaferro se traslado a Santa Rosa para negar estas acusaciones ante el detenido, pero no pudo convencer a sus compañeros. Por ello, los socialistas emitieron un comunicado en donde expresaban que los anarquistas sembraban confusión y llamaban a los trabajadores a darse cuenta “del papel que desempeñan estos «ultra- revolucionarios», trayendo la duda y retardando la emancipación proletaria haciendo pasto gordo para la burguesía”.
Diez días después de producido el incidente de Ritsche, la policía volvió a actuar en la localidad disolviendo un acto cuya autorización había sido concedida a un único orador (en este caso, Jacobo Prince), de modo que el accionar de los uniformados se produjo cuando uno de los participantes aceptó la invitación de dirigir la palabra, como era tradicional en las tribunas anarquistas.
Para ese año se había puesto fin, en gran medida, al periodo de represión iniciado en 1919. La llegada a la presidencia de Marcelo T. de Alvear en octubre de 1922 tranquilizó en parte a las clases dominantes y la ratificación por parte del Senado de Jorge Moore como gobernador en 1924 ayudo a la normalización de las instituciones y acabó con el patronazgo que los gobernadores militares obraban sobre la política territoriana. A esto hay que sumarle que durante el periodo 1922- 1928 el costo de vida se redujo considerablemente y el salario comenzó a subir hasta alcanzar su tope máximo en 1928.
Por ello, durante este periodo las luchas por solidaridad y reconocimiento de los sindicatos pasaron a ocupar el primer lugar. Dentro de la primera se encuentran las que se llevaron a cabo en 1927 para pedir por la liberación de los anarquistas Sacco y Vanzetti, condenados a muerte en los Estados Unidos acusados de robo y homicidio, aunque nunca hubo pruebas concretas de su culpabilidad. En todo el Territorio de La Pampa se crearon Comités «Pro Sacco y Vanzetti», compuestos por socialistas, anarquistas y asociaciones gremiales, que organizaron campañas de agitación para el día 10 de agosto, fecha fijada para la ejecución.
En Eduardo Castex, el Centro Socialista convocó a un paro general al que adhirieron todos los gremios locales, junto con el comercio en general que cerraron las puertas de sus negocios durante toda la jornada. El corresponsal de Germinal en la localidad, expresaba que “queda así exteriorizada la protesta unánime de este pueblo pampeano, por la brutal sentencia que la justicia de la plutocracia yanqui le impone a los obreros Sacco y Vanzetti, haciendo oídos sordos a los pedidos de clemencia dirigidos por todas las clases sociales del mundo”.
La sentencia a Sacco y Vanzetti quedó confirmada para el día 23 de agosto en horas de la madrugada. Para el 22 se convocó a una jornada de protesta en Eduardo Castex que se desarrolló de la misma forma que la realizada el día 10, movilizándose los sectores trabajadores y permaneciendo los comercios con las puertas cerradas. En horas de la tarde se organizó una conferencia en donde hizo uso de la palabra un representante de la FORA que se refirió a la vida de Sacco y Vanzetti, y las causas de su condena. Al finalizar hizo un llamado a los trabajadores a organizarse en sindicatos y capacitarse para la lucha en contra de la explotación capitalista. Terminado el acto, la concurrencia se retiró tranquilamente confiando en un resultado favorable, esperanza que se desvaneció en las primeras horas del día siguiente al conocerse la noticia de la ejecución.
Las movilizaciones y reclamos obreros fueron declinando a medida que transcurría la década de 1920 como consecuencia de la acción represiva, los enfrentamientos internos, la pérdida de la autonomía y el incremento gradual de la intervención estatal en la vida económica y social. Por ello durante este lapso la mayor actividad gremial estuvo protagonizada por los docentes, es decir trabajadores pertenecientes a los sectores medios o medios- bajo y que tenían al Estado como empleador.
Nota:
1 Las editoras del libro del Centenario de Eduardo Castex modificaron sin consultarme este párrafo escribiendo que Wilkens era “un asesino”, algo que no estaba en mi escrito original. Supe esto unos años después, cuando pude toparme con un ejemplar del libro. Quiero ahora publicarlo como estaba escrito originalmente.
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