Participación democrática infantil y planificación urbana
Nacido en Fano (Italia) en 1940 y más conocido
por su nombre artístico FRATO, Francesco Tonucci es famoso por sus caricaturas
en donde se defienden los derechos de las infancias. Pero también se desempeñó
como maestro, psicopedagogo, conferencista, miembro del Consejo Nacional de
Investigaciones y autor de libros sobre el papel de las infancias en contextos
urbanos.
En La
Ciudad de los Niños (La cittá dei bambini, 1996) relata la experiencia de
su municipio natal, que la UNESCO declaró como “Defensor de las Infancias”.
FRATO sostiene que el principal objetivo de un Alcalde/Intendente y de un
Consejo Comunal debe ser asegurar que los niños vuelvan a jugar en las calles.
Siguiendo a Lewis Mumford (1945), arquitecto
que denunciaba que las ciudades fueron planificadas para hombres trabajadores
sin obligaciones familiares, sostiene que se debe realizar una planificación
urbana pensada en los niños. Esto no beneficia solo a las infancias, sino
también a otros sectores cuyos derechos tampoco fueron considerados.
A modo de ejemplo menciona que el espacio
que existe entre la puerta de un tren y la rampa puede ser saltada por una
persona adulta sin dificultades de movilidad, pero un niño puede caer.
Planificar eso pensando en la perspectiva de un niño también va a beneficiar a
otros actores sociales, como las personas con discapacidad motriz o las
personas mayores que se movilizan con bastón. Como dice el autor: “La Ciudad de los Niños no es un proyecto
para los niños si no para la ciudad”.
El libro hace hincapié en dos instituciones
que funcionan en Fano:
- El Consejo de los Niños: formado por un niño y una niña de
cada escuela de la ciudad, que se ocupa de revisar proyectos u obras para
que se adapten a las necesidades infantiles.
- El Programa “Proyectistas Infantiles”: que promueve la creación de proyectos
por parte de los niños y las niñas.
- “A la Escuela Vamos Solos”: A fin de facilitar la autonomía
infantil. Antes de la experiencia solo el 20% de las niñas y los niños
iban solos a la escuela y la mayoría lo hacía en auto, pero tras su
implementación la mayoría comenzó a ir solo y se redujo la movilidad en automóvil
a solo el 20%. Experiencias similares en Palermo y Roma mostraron que los
estudiantes reclamaban mayor autonomía.
- “Una ciudad cerrada al tránsito”: Determinados días de la semana en
donde se cortan algunas calles a la circulación vehicular para que los
niños y las niñas vuelvan a jugar en ellas.
- Restaurantes, hoteles y lugares de
turismo adaptados a las necesidades infantiles.
Hacia el final del libro hay tres
entrevistas sobre el tránsito, la participación democrática y las ciudades
educativas, una recomendación de material bibliográfico para ampliar sobre el
tema (en italiano), la Declaración de los Derechos del Niño (1989), una “Carta
Abierta a los Ciudadanos de Fano” y un artículo del arquitecto Lewis Mumford.
En Argentina –desde donde escribo estas
líneas, aunque creo que en los países donde lean esto la situación debe ser
similar- existen Consejos de Niñez, Adolescencia y Familia a nivel nacional,
provincial y municipal. Pero se encuentran formados por personas adultas que
hablan en nombre de las infancias.
Por ello la obra de FRATO y la experiencia
de Fano nos pueden dar herramientas para empezar a implementar dispositivos similares
en nuestros lugares de origen, en donde sean las mismas niñas y niños quienes
trabajen y proyecten para el cumplimiento de sus derechos. Y como dice el
autor, este será un proyecto para toda la cuidad y no beneficiará solo a las
infancias.
Artículo publicado en: https://revistamagisterioelrecreo.blogspot.com/2024/02/participacion-democratica-infantil-y.html
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