Scopaesthesia (cuento)
La Scopaesthesia es la capacidad de percibir que estamos siendo observados. Es ese “tengo la sensación de que alguien nos observa” de las películas de suspenso.
Siempre tuve esa capacidad muy desarrollada.
De niño, muchas veces me despertaba en la noche y veía a mi padre o a mi madre
cuidándome. Otras veces no los veía, pero suponía que habían estado ahí, de lo
contrario no me hubiera despertado con esa sensación de ser observado. En mi
adolescencia y juventud me sirvió para identificar a quienes se fijaban en mí.
Para saber hasta dónde llegaba mi capacidad
me anoté como voluntario de un experimento en la universidad. El mismo
consistía en permanecer con los ojos vendados en una habitación cerrada, sin
cámaras para no afectar los resultados. Por una mirilla, una persona se asomaba
periódicamente. Yo debía presionar el botón de un control remoto cada vez que
me sintiera observado por esa persona. Los resultados fueron increíbles: acerté
el 100% de las veces. La directora del experimento me dijo: “Eres el primero
en obtener el puntaje perfecto en la prueba de scopaesthesia. Nunca dudes si
sientes que te están observando”.
Esas palabras adquirieron nuevo significado
cuándo terminé la universidad y me mudé de la pensión compartida hacia una
vivienda individual. Porque cuándo estoy solo siento muchas veces que alguien
me observa. No es la sensación habitual, sino que se siente como un fuego
quemándome en la nuca y un escalofrío corriendo por mi cuerpo. Sin embargo no
hay nadie en la casa, nadie que yo pueda ver. Podría pensar simplemente que es
una falla en la percepción: los sentidos nos engañan permanentemente. Pero en
lugar de eso resuenan en mi mente las palabras: “Nunca dudes si sientes que
te están observando”.
Desearía no haber participado del
experimento.
Santa
Rosa, 22 de septiembre de 2020
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