La Partida (cuento)
“La Tierra es la cuna de la humanidad, pero la humanidad no puede permanecer en la cuna para siempre”.
Konstantin
Tsiolkovsky
Hoy es mi último día en este mundo.
No me voy triste, sino con una gran
curiosidad. Es un misterio lo que me espera. No volveré a ver los bosques y los
ríos, sentir el canto de las aves y la brisa suave en los veranos de mi tierra.
Pero abrigo muchas esperanzas en lo que vendrá.
¿Qué será de los que queden? Algunas
personas me recordarán por un tiempo. Pero la memoria humana es lábil y
efímera. Lentamente iré desapareciendo de los recuerdos de quienes me
conocieron. Es lo natural, no me preocupa. Yo también he recordado y olvidado.
No me pregunto si tuve o no una buena vida.
No es tiempo para balances. Tuve momentos de dolor: fui víctima y testigo de
tantas injusticias. También tuve momentos de felicidad. Trabajé, estudié, amé,
perdí, olvidé y fui olvidado, recuperé y volví a perder, caí, permanecí en el
suelo y me levanté, luché solo y con ayuda. En fin: fui un ser humano con
emociones y experiencias humanas. Todavía lo soy y lo seguiré siendo adonde sea
que vaya.
Me detuve a unos pasos de cruzar la última
puerta. El viento traía un fresco aroma a lavanda. Ese sería mi último recuerdo
antes de dejar este mundo.
Un compañero me llamó desde el interior de
la plataforma: me pidió que me apurara para no retrasar el lanzamiento. En unos
minutos la nave Regenesis partirá rumbo a Marte, un nuevo mundo en donde
todo está por hacer y por ser. Seremos pioneros, fundadores. Un nuevo comienzo,
una nueva esperanza.
Hoy es mi último día en este mundo. Y el
comienzo de una nueva vida, en un Nuevo Mundo.
Santa
Rosa, 28 de octubre de 2020.
Publicado en El Narratorio Digital, N° 59, enero de 2021.
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