Appius Claudius: el censor arquitecto de su fortuna
La Vía Appia es una de las calzadas (caminos de piedra) más famosas de la Antigüedad, que conectaba Roma con Capua pasando por varias localidades. Fue tan apreciada que se la conoció como Regina Viarium (la reina de los caminos). También fue escenario de un terrible acontecimiento histórico: a lo largo de su trayecto fueron crucificadas más de 6000 personas que habían participado en la Rebelión de Esclavos de Espartacus. Sin embargo pocos saben en la actualidad que su nombre se debe a un influyente político de la República romana: Appius Claudius.
Nacido en el 340 AC,
era hijo del dictador Cayo Claudius Craso, que había emigrado de Regilo a Roma
durante las Guerras Sabinas. Su nombre original fue Atio Clauso, aunque adoptó
el nombre de Appius Claudius en Roma debido a su pertenencia a la gens Claudia,
familia patricia que se decían descendientes de las sabinas raptadas por los
romanos durante la fundación mítica de la ciudad. También era conocido como “el
Censor” debido al cargo que ocupó durante cuatro años y como “Caecus”
(ciego), aunque es posible que su ceguera no se diera hasta la vejez. La fama
de ciego de Claudius se debe al historiador Tito Livio, que quizá quería seguir
una tradición antigua de personalidades ciegas.
Se conoce poco de su
vida. Además de la mención en Tito Livio y otros historiadores romanos, hay una
mención a sus cargos en una estela honorífica que se encuentra en el Foro de
Augusto.
Fue dos veces edil curul –cargo al que podían optar patricios y plebeyos que consistía en organizar los juegos y las celebraciones-, y en 312 AC fue elegido como Censor junto con Cayo Plaucius, sin haber sido previamente Cónsul –la máxima magistratura-, lo que no era habitual en la cursus honorum (carrera política) de la República romana. El cargo de censor duraba cinco años, siendo sus funciones la organización del Censo, la observación de las costumbres, el mantenimiento de la moralidad pública, y la realización de actividades económicas y obras públicas, pudiendo aplicar la censura a patricios y plebeyos que no cumplieran con las normas. Por este motivo era un cargo de bastante prestigio y que requería carrera previa.
Durante su censura,
Claudius apoyó a las clases populares y a la burguesía comercial, permitiendo a
ciudadanos ricos y a los hijos de los libertos –hombres libres pertenecientes a
la aristocracia de otras ciudades italianas que no fueran romanos- entrar en el Senado, aunque no pertenecieran
a la clase de los patricios. Esto fue la base para la creación de un Partido
Popular en el seno del parlamento romano –pese a su origen patricio- con el que
pensaba cumplir sus ambiciosos proyectos. Sin embargo su lista se dejó de lado
al año siguiente de su creación, cuando Cayo Plaucius renunció y Appius
Claudius quedó como único censor. Procedió entonces a elaborar las listas de
las tribus y distribuyó en cada una de ellas a los libertos de modo que pudiera
mantener su influencia en todas las jurisdicciones.
Durante la Segunda Guerra Samnita (327- 304
AC) promovió la fundación de colonias en el Lacio y la Campania, para que
sirvieran de bastiones contra los samnitas y los etruscos. Además de promover
la creación de la Vía Appia construyó el acueducto Aqua Appia, al
ver que las aguas del Tiber estaban contaminadas y los pozos eran insuficientes
para la población. Se trató de una impresionante obra de ingeniería de 16
kilómetros de longitud que transportaba más de 75 m3 de agua al día desde
numerosos manantiales. Se conjetura que para costear la construcción de ambas
obras hubo que vender gran parte de la tierra pública.
Aunque su censura duró cuatro años, realizó
otras reformas políticas ambiciosas como reservar la elaboración de las listas
senatoriales para los censores y no para los cónsules. También publicó un
Calendario legal, facultad que estaba reservada a los Pontifex. Durante su
cargo, Claudius aumentó el poder de los censores a costa de las otras
instancias del Estado romano.
En 307 AC debió renunciar a su cargo al ser elegido como Cónsul junto con Lucius Volumnio Flamma Violens, aunque prefería mantener la censura para beneficiar sus intereses. Fue un vigoroso oponente de la Ley Olgulnia, que aumentaba el número de Pontifex de cinco a nueve, y permitía a los plebeyos ocupar estos cargos –incluyendo el de Pontifex Máximus- y los de augur (sacerdotes). Esto muestra que sus políticas a favor de las clases plebeyas durante su censura fue pura demagogia para consolidar su poder.
En 298 AC fue nombrado Interrex –en la
época de la República era quién organizaba los comicios ante la ausencia de
Cónsules-, cargo que renovó en dos oportunidades.
En 296 AC fue reelecto Cónsul en el contexto
de la Tercera Guerra Samnita (398-390 AC). Combatió en Sammnio con cierto éxito
y luego condujo las tropas hasta Etruria donde, tras ser liberado de una
situación peligrosa por Volumnio, derrotó a las tropas samnitas-etruscas. En
esta batalla prometió un templo a Belona, que luego dedicó.
Al año
siguiente fue elegidoPretor (administrador de justicia) en los territorios
conquistados, pero pronto fue enviado de vuelta a Roma por el cónsul Fabio. Más
tarde regresaría para comandar con Volumnio una nueva victoria sobre el pueblo
samnita.
En 287 o 286 AC ejerció como dictador. En la
República romana este cargo se concedía durante una emergencia militar o
situación excepcional, y los demás poderes del Estado debían subordinarse a su imperium.
Las posibilidades de que el Tribuno de la Plebe y el pueblo apelaran contra sus
medidas eran muy limitadas. Pero el dictador debía cumplir ciertas leyes, como
no exceder su esfera de autoridad y renunciar cuando la situación se resolviera
o a los seis meses. Si la situación no se había resuelto cumplido ese plazo se
nombraba a otro dictador. Con eso se pretendía evitar la tiranía que supondría
la suma del poder público en una sola mano. No se conoce mucho de la acción de
Appius Claudius como dictador.
Por entonces, al sur de la Península
itálica, las colonias griegas de Sicilia se veían bajo tres amenazas: Roma al
norte, Cartago al sur y los pobladores originarios (el pueblo siracusano) en el
interior. El rey de Epiro –Estado balcánico- Pirro había ido a auxiliar a los
griegos, pero la situación se estaba complicando y en su país requerían de su
presencia. Para poder retirarse con honor, Pirro envió al orador tesalio Cineas
a Roma para negociar. Con halagos y un discurso convincente, había ganado la
opinión pública romana. Pero entonces se presentó al Senado Appius Claudius, ya
ciego y retirado de la política, con un discurso que comenzaba: “Hasta aquí
romanos, soportaba penosamente la suerte de mis ojos, pero ahora me duele no
ser sordo además de ciego y escuchar en cambio sus vergonzosos decretos y
soluciones que demuelen la gloria de Roma”, y terminaba: “La República
no hace tratos mientras quede un extranjero en el suelo de Italia”. Esto
cambió la opinión de los senadores, que declararon la guerra a Pirro. El
enfrentamiento costó demasiado a ambos bandos. El discurso de Claudius fue conservado
por Cicerón.
Entre las obras de Appius Claudius, además
de sus discursos, debemos mencionar De Usupationubus o Legis Actiones,
el primer manual de Derecho Romano si se descartan escritos como la Ley de las
Doce Tablas y los Anales de los Pontifex. También una serie de aforismos
de inspiración pitagórica (las Sententiae), de los cuáles el más famoso
es: “faber est suae quisque fortunae” (cada uno es arquitecto de su
propia fortuna). Otra de sus frases que trascendió es: “Cuando encuentras
un amigo, olvidas tus desgracias”. Otro aporte literario fue el
introducir del rotacismo, proceso lingüístico en que una consonante
distinta se convierte en “r”, al cambiar los nombres de familia de “s” a “r”
poniendo fin a los cambios de sonido que se daban en el latín de entonces.
También abolió el uso de la “z” por su “aberrante sonido”.
Falleció en el año 273 AC. Aunque
vilipendiado por los historiadores posteriores, fue uno de los estadistas más
importantes de la República. Fue padre de 5 hijas y 4 hijos, algunos de los
cuáles crearon sus propios linajes, y sus descendientes formaron parte de la
familia Julia-Claudia que tuvo gobernantes en la época del Imperio.
Bibliografía:
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Isaac; (2000) La República romana, Madrid, Alianza (Historia Universal
Asimov, tomo V).
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Grimberg, Carl; (1973) Historia Universal: Roma,
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Caeco: el gran estadista olvidado de la República romana”, Revista Desperta
Ferro, https://www.despertaferro-ediciones.com/2019/apio-claudio-caeco-estadista-republica-romana/, 17 de julio.
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Infinita, https://romainfinita.com/apio-claudio/?reload=203116, 1º de mayo.
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Wikipedia, www.wikipedia.es, artículos: “Apio Claudio”, “Guerras
Samnitas” y “República romana”.
· http://diccionario.sensagent.com/Apio_Claudio_el_Censor/es-es/
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