Amanirenas, la Reina Guerrera nubia


    A lo largo de su historia, África ha tenido una larga tradición de mujeres guerreras que, además de combatir, asumieron posiciones de mando político y militar. Esto fue más común en sociedades matrilineales, donde la herencia y la genealogía se realizaban por la línea materna. En tiempos más recientes tenemos los casos de Njinga Mbandi, que en el siglo XVII enfrentó a los conquistadores portugueses retrasando la ocupación hasta su muerte, o a la reina Hangbe de Benín, que creó y dirigió la fuerza de elite “las Amazonas del Dahomey” (1).

   En esta nota nos ocuparemos de una figura histórica menos conocida pero que merece ser destacada: Amanirenas, kandake o candace (título equivalente a hermana o madre del monarca, así como también de regenta) del poderoso reino nubio de Kush (en el actual Sudán). Su nombre completo y título era Amnirense qore li kdwe li. Algunas versiones sostienen que Amanirenas significa “Amani o Imana es su nombre”. Imana es la versión femenina en meroítico –lengua nubia oficial en Kush- del dios solar egipcio Amón, relacionado con Ra (2). Plinio el Viejo menciona que todas las reinas de Nubia llevaban ese nombre, sin embargo esto no parece ser cierto ya que solo cuatro llevaron la denominación de Amani. También se ha sugerido que Candace podría ser el origen del nombre Cándida (3).

   Nació alrededor del año 60 AC y reinó entre los años 40 y 10 AC. Durante su reinado se construyeron numerosas pirámides y templos en Wad Ban Naqa, donde fue enterrada con grandes tesoros. En la actualidad Sudan –la antigua Nubia- supera a la República Árabe de Egipto en el número de pirámides. Pero la fama de esta reina no se debe a que haya ordenado la construcción de grandes monumentos, sino a que enfrentó durante cinco años (27 al 22 AC) al naciente Imperio Romano.

   El conflicto comenzó el año en que la República romana se convirtió en Imperio. En el 27 AC el sobrino-nieto de Julio Cesar, Octavio, fue elevado a emperador con el nombre de Augusto Cesar. Egipto se había incorporado como provincia romana en el 31 AC, lo que trajo problemas fronterizos con su vecina sureña: la región de Nubia y su reino más importante: Kush. Conquistada por el Reino Antiguo de la I Dinastía hacia el 3000 AC, en los siglos posteriores se dieron luchas por la liberación y aparición de reinos independientes. Uno de los más importantes fue Kush, cuya capital fue en un primer momento Napata, pero luego de que la ciudad fuera ocupada por el faraón Ptamesis II se trasladó a Meroë (de allí el nombre del periodo meroítico y la lengua meroítica). En los siglos VII y VI AC el reino de Kush conquistó a su antiguo conquistador y dio faraones a Egipto (la XXV dinastía). Tras la ocupación romana, los  kushitas pasaron a considerar a Egipto como un territorio a reconquistar (4)


 

Reino de Kush. Fuente: http://www.ikuska.com/Africa/Historia/estados/kush.htm


  Fue el rey Teriteqas, esposo de Amanirenas, quién comenzó la campaña. En un primer momento las fuerzas nubio-kushitas invadieron la provincia romana de Egipto, pero rápidamente fueron expulsadas por las tropas imperiales a cargo de Cayo Publius Petronius, que estableció una nueva frontera en Hiere Sycaminos (Maharraqa).

   El rey Teriteqas murió apenas comenzadas las hostilidades y le sucedió su hijo Akinidad, quien continuó la campaña con su madre Amanirenas. Sin embargo, Akinidad también falleció en Dakka en el 24 AC, por lo que Amanirenas se hizo cargo del gobierno del país y del manejo de las tropas. Se cree que en la misma batalla donde falleció su hijo, la reina perdió un ojo, lo que la hizo más fuerte y decidida. El geógrafo e historiador griego Estrabón escribió que“esta reina tiene un coraje superior al de su sexo”. Estrabón no se refiere a ella por su nombre sino por el título de Candace (5). Otros cronistas señalan que llevaba dos leones amaestrados a las batallas.

   Cuando el gobernador romano en Egipto, Aelius Gallus, se ausentó de la provincia para dirigir una campaña en Arabia en el 24 AC, Amanineras lanzó una fuerza de 30 mil combatientes que derrotaron a los romanos en Syene (actual Asuán) y Philae, y expulsaron a la población judía de la isla Elefantina. Amanirenas regresó a Kush con prisioneros y botines, incluidas varias estatuas del emperador Augusto Cesar. Una de estas estatuas de bronce fue enterrada con la cabeza en la superficie en la puerta de su Palacio real, para que ella y los transeúntes pudieran pisarle el cráneo durante sus recorridos. La cabeza, hallada en 1912, se expone actualmente en el Museo Británico (6).

   Ante la ausencia del gobernador, el general Petronius se hizo cargo de la situación y en el 23 AC expulsó a los kushitas de Syene. A continuación reunió a sus tropas y avanzó hacia el reino de Kush, llegando a ocupar la antigua capital de Napata (Marawi). Aunque se retiraron posteriormente, ya que no pudieron avanzar a Meroë porque el terreno arenoso les dificultaba la marcha, dejaron una guarnición en Qasr Ibrim (Primis), nueva frontera del Imperio Romano. Los fuerzas nubio-kushitas hicieron un nuevo intento de recuperar esa posición, pero fueron derrotadas (7).

   Amanirenas decidió entonces negociar con Petronius. El general romano, acaso impresionado por la valentía de la reina y sus soldados, le dijo que debían parlamentar directamente con el Cesar, que se encontraba en ese momento camino a Siria para negociar la paz con el Imperio Parto, y se ofreció a llevarlos ante su presencia.

   Los embajadores kushitas y el emperador Augusto se reunieron en la isla griega de Samos en el 21 o 20 AC. La habilidad negociadora de los kushitas y la necesidad del Imperio de acabar esa guerra para no parecer débiles ante los partos llevó a que les concedieran lo que pedían: el reino africano recuperaba unas treinta millas ocupadas por los romanos (incluida Primis) y quedaban exentos de pagar tributo al emperador. Roma solo conservó un fuerte en Dodecasqueno para vigilar la frontera de Maharraqa y exigió la devolución de las estatuas robadas del emperador. Sin embargo la reina conservó la cabeza que era pisada en la puerta de su palacio y que hoy se expone en Londres.

   Se desconocen muchos aspectos de la vida de Amanirenas tras la guerra, pero se sabe que continuó reinando hasta su muerte en el año 10 AC. En el siglo posterior hubo otra kandake guerrera: Amanitore, que se destaca por haber restaurado el Templo de Amón en Meroë. Para entonces ya había comenzado la decadencia del reino de Kush, que se aceleró en los siglos I y II hasta su desaparición en el III DC.


 

Bibliografía:

(1) Llodra, Juan J.; “Mujeres guerreras”, Boletín de la Revista de Historia, https://revistadehistoria.es/mujeres-guerreras/, 17 de febrero de 2021.

(2) Dr. Y; “Great warriors queen of Nubia: Amanirenas”, African Heritage, https://afrolegends.com/2019/01/21/warrior-queen-of-nubia-amanirenas/, 21 de enero de 2019.

(3) “Amazonas africanas: un continente de mujeres guerreras”, El Coloso de Rodas, https://elcolosoderodas.blog/2020/05/20/amazonas-africanas-un-continente-de-mujeres-guerreras/, 20 de mayo de 2020.

(4)Carneiro, Alejandro; “Amanirena, la temible Candace”, Tabula, http://blogtabula.blogspot.com/2021/03/amanirenas-la-temible-candace.html, 8 de marzo de 2021;  Wikipedia, www.wikipedia.es, artículo: “Reino de Kush”; y Enciclopaedia Britannica, britannica.com, artículos: “Nubia, ancient region of Afrika” y “Sudan: ancient Nubia”.

(5) Wikipedia, www.wikipedia.es, artículo: “Amanirenas”.

(6) Dr. Y; “Great warriors queen of Nubia…”, op. cit.

(7) Díaz López, Laura; “La kandake Amanirenas, la enemiga más desconocida de Roma”, Los Fuegos de Vesta, http://losfuegosdevesta.blogspot.com/2017/07/la-kandake-amanirenas-la-enemiga-mas.html, 26 de julio de 2017.



Una versión resumida de este artículo fue publicado en: Boletín de la Revista de Historia, www.revistadehistoria.es, 20 de julio de 2021. Luego fue publicado de manera completa en: Viejo Mar, revista cultural del diario La Reforma, General Pico, 9 de enero de 2022.

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