José de San Martín, protector del Perú
José de San Martín es
considerado en Argentina como “el padre de la Patria” y se lo recuerda en los
actos escolares como “el Libertador de Argentina, Chile y Perú”. Nació en 1778
en Yapeyú, actual provincia argentina de Misiones, que en esa época formaba
parte del Virreinato del Río de La Plata, pero a los seis años su familia se
radicó en Cádiz y posteriormente en Málaga. Años más tarde ingresó al Ejército
imperial español, formando parte del Regimiento Murciano con el que combatió en
África y luego contra la dominación napoleónica.
En 1812, tras alcanzar
el grado de teniente coronel, abandonó España para regresar a América y sumarse
a la lucha por la independencia. Participó en gran cantidad de batallas y ocupó
varios cargos en los gobiernos revolucionarios. Sin embargo en este artículo
nos centraremos solo en su obra como Protector del Perú.
El 8 de septiembre de 1820, el Ejército de los
Andes, al mando de José de San Martín, desembarcó en el puerto de Paracas, en
el Perú, haciendo retroceder al Ejército realista. El virrey Joaquín de la
Puzuela trató de negociar para ganar tiempo y lograr reunir a los 20.000
soldados dispersos por todo el Virreinato para defender Lima. En noviembre, San
Martin sitió la ciudad y el 29 de enero de 1821 se sublevaron los altos
oficiales realistas contra el virrey, obligándolo a renunciar. Asumió el
general José de La Serna como nuevo virrey y trató de negociar con San Martín,
sin ningún resultado favorable. Lo mismo sucedió con el enviado del Rey, que
desembarcó en el Perú en marzo de ese año. Una nueva deserción masiva de
soldados del Ejército realista, formado mayoritariamente por venezolanos y
neogranadinos, forzó la renuncia del nuevo virrey y en julio los
revolucionarios tomaron la capital virreinal. El 15 se convocó a un Cabildo
Abierto y el 28 se declaraba la Independencia del Perú.
El 3 de agosto José de San Martin, líder de
aquella gesta, fue nombrado Protector del Perú, con autoridad civil y militar
para continuar la lucha contra los realistas en el norte. Su gobierno quedó
conformado por Hipólito Unanue como Ministro de Hacienda, José García del Río
en Relaciones Exteriores, y Bernardo de Monteagudo en Guerra y Marina. Como
Prefecto de Lima se nombró al coronel José de la Riva Agüero y Sánchez Boquete.
El
decreto de conformación del gobierno establecía que el Protectorado tendría
vigencia “hasta tanto que se reúnan los representantes de la Nación Peruana,
y que determinen su forma y modo de gobierno”.
Durante su gobierno, que se extendería por
poco más de un año, se tomaron importantes medidas para consolidar la obra libertaria.
Se decretó la libertad de vientres, por medio de la cual los hijos de los
esclavos nacerían libres, se le otorgaba la libertad a los esclavos que
lucharan en el Ejército libertador y se suprimieron los tributos a los pueblos
originarios que habían impuesto los españoles. Se prohibieron las peleas de
gallos y el desperdicio de agua en el Carnaval.
En octubre se aprobó un Estatuto Provisorio
de Gobierno, de corte liberal, basado en la Declaración de los Derechos del Hombre y
del Ciudadano de la Revolución Francesa y la Constitución de los Estados
Unidos. La organización territorial del Estado se basó en la división en
Departamentos (con un presidente de gobierno) y Provincias (con un gobernador),
la Audiencia Real del Virreinato se reemplazó por la Alta Cámara de Justicia, y
se propuso crear un Consejo de Estado que secundaría al Protector en su
gobierno, formado por criollos y miembros del pueblo Inca. En lo jurídico, un
nuevo Reglamento establecía que “todas las leyes, ordenanzas y reglamentos
quedan en su fuerza y vigor, mientras no sean derogadas o abrogadas por
autoridad competente”. Se estableció que se les otorgaría la nacionalidad
peruana a todos los habitantes de estados americanos que se hubieran
independizado del Imperio Español.
También fundó la Biblioteca Nacional del
Perú, a la que donó su colección de libros, la primera escuela para la
formación de docentes y la Guardia Civil para la defensa de la revolución y la
independencia. Se aprobaron además la bandera, el Himno, el Escudo de Armas y
la moneda nacional, y se comenzó a entregar la Orden del Sol del Perú, que se
mantiene hasta la actualidad.
Ese mismo año fundó la Sociedad Patriótica,
formada por 40 ciudadanos peruanos considerados los más ilustrados entre
los partidarios de la Independencia, que llevó a cabo una serie de discusiones
sobre la forma más conveniente de gobierno. En ese momento se debatían dos
posturas: la Monarquía Constitucional, que apoyaba San Martín y
defendían los ministros Unanue y Monteagudo, y la República, que
defendían los intelectuales Manuel Pérez de Tudela y Mariano
José de Arce. En apoyo a sus ideas monárquicas envió a García del Río y Diego Paroissien a
Europa con la misión de conseguir un príncipe de la Casa de Sajonia para
que reinara en el Perú, medida que nunca llegó a concretarse.
Pese a su carácter libertario, el
Protectorado no estuvo exento de contradicciones. Si bien estableció la
libertad de comercio y la libertad de imprenta, no permitió otro culto
religioso que no fuera el católico. Aunque expulsó y confiscó los bienes de los españoles
que no apoyaran la revolución, también respetó los títulos de nobleza del
Imperio Español que pasaron a ser Títulos del Perú. También se penalizó el
juego y el uso de palabras obscenas en lugares públicas.
Mientras se llevaban a cabo estas medidas y
discusiones, el norte del Perú seguía en manos del Ejército realista, que se
había establecido en Cuzco, antigua capital del Imperio Inca o Tawantinsuyo. El
Protectorado contrajo un préstamo para equipar su ejército y envió tropas desde
Ancon y Lima para liberar el resto del territorio. Por ese entonces el
general Antonio José de Sucre, lugarteniente de Simón Bolívar, le envió
una carta en donde le pedía la incorporación del Batallón de Numancia (formado
por venezolanos y neogranadinos) para la campaña en el territorio de la
Presidencia de Quito (Ecuador). San Martin se negó a perder un batallón tan
importante y solo envió la División Auxiliar, al mando de Andrés de Santa
Cruz ―en su mayoría compuesta por tropas inexpertas― que participaron en las
batallas de Riobamba y Pichincha.
Entre el 26 y 27 de julio de 1822 se
produciría uno de los hechos más importantes y misteriosos de la época: la
entrevista con Bolívar en Guayaquil. Tras una conversación privada, cuyo
contenido solo se puede conjeturar ya que nunca fue divulgado, San Martín cedió
a Bolívar la iniciativa y conclusión de la campaña libertadora.
El 10 de septiembre de 1822 le envió una
carta a Bolívar en donde expresaba: “He convocado al Congreso para presentar
ante él mi renuncia y retirarme a la vida privada con la satisfacción de haber
puesto a la causa de la libertad toda la honradez de mi espíritu y la
convicción de mi patriotismo. Dios, los hombres y la historia juzgarán mis actos
públicos”.
El Congreso constituyente había sido
convocado por el decreto Nº 146 de diciembre de 1821 y debía comenzar a
sesionar en mayo del año siguiente para dotar al país de una Constitución que
estableciera una nueva forma de gobierno. Sin embargo los hechos ocurridos
hicieron que el mismo no comenzara a sesionar hasta el 20 de septiembre de
1822. Ese mismo día San Martín cesó su cargo como Protector, como había
prometido en el decreto de asunción. En su discurso de renuncia expresó: “Peruanos;
os dejo establecida la representación nacional; si depositáis en ella una
entera confianza, cantad el triunfo, si no, la anarquía os va a devorar. Que el
acierto presida a vuestros destinos, y que estos os colmen de felicidad y paz”.
Al poco tiempo se retiró del Perú y, tras
una breve estancia en Buenos Aires, se embarcó rumbo a Europa. No volvió a
pisar territorio americano durante el resto de su vida. Falleció en Paris el 17
de agosto de 1850
Aunque su gobierno en el Perú no estuvo
exento de errores y contradicciones -como pudimos ver-, fue toda una hazaña
para la época porque entonces no existía un modelo político para la
organización de un Estado independiente y, aunque el Libertador deseaba
instaurar una Monarquía Constitucional, sus medidas ayudaron a la posterior
consolidación de un Gobierno Republicano.
Bibliografía:
·
Gómez,
Freddy; (2008) “Obras del Protectorado de San Martín”, Resumen de Historia,
www.resumendehistoria.com,
13 de julio.
·
Lanfranco, Rafael;
(2011) “El Protectorado de San Martín”, https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/f/f4/El_protectorado_de_San_Mart%C3%ADn.pdf.
·
Paredes, Jorge;
(2006) San Martin, Protector del Perú: su obra gubernativa, Lima, s/d.
·
http://gobiernosdelperu.blogspot.com/2011/08/gobierno-de-don-jose-de-san-martin.html
·
https://mihistoriauniversal.com/biografia/jose-de-san-martin-matorras/
·
https://www.iperu.org/general-jose-de-san-martin
·
https://historia-biografia.com/jose-de-san-martin/
Una versión resumida de este artículo fue publicado en Boletín de la Revista de Historia, www.revistadehistoria.es, del 11 de enero de 2019. Una versión completa se publicó posteriormente en el periódico La Quinta Pata, www.la5pata.net, del 1º de marzo de 2020.
Ya le dimos varias avenidas, monumentos, plazas, un municipio, lo declararon padre de la patria, apareció en varios billetes. ¿Qué más quiere San Martín?
ResponderEliminarSaludos,
J.
Hola compañero y gracias por pasar. La nota es solo para que se conozca esta parte de la historia que en Argentina es casi desconocida. No es para pedir más homenajes.
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